Su principal objetivo es lanzar al contrincante al suelo, sujetarlo y someterlo en ese lugar. Esta disciplina es una antigua técnica de lucha de los guerreros samuráis, pero que fue adaptada para quitar las partes más peligrosas y así poder ser practicada sin riesgos.
El japonés Jigoro Kano (1860-1938) comenzó a practicar el jiu-jitsu como una forma de defensa personal, y pronto se dio cuenta de que si desarrollaba la disciplina podría no solo practicar un tipo de arte marcial, sino que también podría enseñar educación física y cultivar el espíritu.
Así, Kano añadió sus propios métodos, eliminó los elementos más peligrosos del combate y bautizó a su nueva creación con el nombre de Judo, abriendo su primera escuela en 1882. Tal fue el éxito que tuvo esta nueva metodología, que incluso llegó a ser parte del sistema nacional de educación física de la isla nipona.
En 1951 se creó la Federación Internacional de Judo y cinco años después, en 1956, fue el primer campeonato mundial en Tokio. Desde los Juegos de Múnich 1972 forma parte del programa olímpico.
En el caso de los Juegos Panamericanos, el judo fue admitido en Sao Paulo 1963. En el medallero, Cuba es la delegación que lo lidera con 68 preseas de oro.
Los dos judocas se enfrentan sobre una plataforma que se denomina tatami, la que debe tener dos áreas, una de color rojo y otra amarilla. El sector rojo comprende la zona de seguridad mientras que el amarillo la de combate.
En el judo los contendores utilizan diferentes técnicas para derribar e inmovilizar en el suelo a su adversario. Sin embargo, dado el esfuerzo físico que representa la lucha, los combates son cortos: duran cuatro minutos, pudiéndose extender hasta los cinco tanto para hombres como para mujeres.
Las formas de puntuar son el Was-ari y el Ippon. Si uno de los luchadores logra el Ippon el combate se da por finalizado y si ninguno logra una diferencia durante el tiempo reglamentado, se disputan el tiempo denominado “Golden Score” y quien logre puntuar primero será el ganador.
En enero del 2022 se conformó la primera Comisión de Deportistas en la historia del judo chileno. Esta nueva comisión, que tendrá derecho a votar en instancias federativas, es liderada por los representantes nacionales Mary Dee Vargas, Michel Labbe y Rafael Romo, siendo este último elegido como vocero de sus compañeros deportistas.
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