En los Juegos Panamericanos, la antorcha es encendida en el Centro Ceremonial de Teotihuacán, en México. La historia cuenta que fue en este lugar donde los dioses se reunieron para entregar su energía vital y creadora, naciendo de este acto dos elementos: el Nanáhuatl (Quinto Sol) y el Tecusiztecatl (Luna), símbolos que están presentes en el diseño de nuestras antorchas.

Rescatando la tradición Mesoamericana, la antorcha de los Juegos Parapanamericanos se relaciona con el nacimiento de la Luna y su iluminación en los rincones más remotos del territorio chileno, resaltando la belleza natural de un país de contrastes entre los valles y montañas chilenas. El encendido de esta antorcha ocurrirá en el Río Clarillo, sector de Pirque, donde un grupo de arrieros de la gran cordillera de los andes encenderá la llama para iluminar la noche y seguir su camino por nuestro valle central.