El especial amuleto que guió hasta la meta a la Para atleta venezolana Greilyz Villarroel

La velocista con discapacidad visual afirma que la fotografía de su hija Isabella la encaminó por su carril en la final de los 100 metros.

La venezolana Greilyz Villarroel fue la Para atleta que más llamó la atención en la premiación de su disciplina: los 100 metros femeninos clase T13 (discapacidad visual).

Es que la velocista no subió sola al podio para recibir su medalla de bronce, sino que lo hizo con una foto de su hija Isabella que fue su luz durante la competencia, pues en Santiago 2023 corrió por primera vez sin guía.

En Toronto 2015 (bronce en 100 y 200 m T12) y Lima 2019 (plata en 200 y 400 m T12), Greilyz siempre corrió acompañada de un guía que la orientó, pero en Santiago cambió de clase a T13 (problemas visuales más leves), compitió sola y cruzó tercera la meta del Centro Atlético Mario Recordón.

“Nunca había competido sola, se me hizo un poco complicado y estaba un poco asustada por la nueva categoría, pero estoy orgullosa de mí porque llegué tercera y pude lograrlo sola, a pesar de que son muy pocas las cosas que logro ver”, nos cuenta Greilyz, aún emocionada por su enorme gesta deportiva.


La atleta venezolana Greilyz Villarroel recibiendo la medalla de bronce.

Parece que la palabra alegría se queda corta para la venezolana, ya que sus ojos se humedecen y su voz se quiebra cuando recuerda a su única hija, “el tesoro más grande que tengo, mi mayor inspiración”, dice.

“Su foto la traje desde Venezuela y la dejé guardada en mi chaqueta porque estaba segura de que iba a subir al podio. Cuando nos llamaron a la premiación tomé la foto de mi hijita y la puse en mi medalla porque fue ella la que me guió por mi carril”, afirma la velocista.

“Esta foto se la tomé este año a Isabella cuando la fui a inscribir al colegio. En la pista la besé, la abracé y apenas pude la coloqué en la medalla. Es algo demasiado inexplicable lo que siento por mi bebé, es una emoción demasiado bonita ser mamá. Mi hija ya tiene 5 años y es quien siempre me apoya”, señala Greilyz.

“Vine a Santiago con una contractura en la ‘batata’ (pantorrilla), que todavía la tengo, y mi hija todas las noches antes de dormir me llamaba para decirme que estaba orando por mis piernas, que iba a estar sana y que ella y dios me iban a guiar. No creo que tenga una fan más incondicional que ella”, finaliza la Para atleta.

Por: Carlos Godoy.
Fotos: Photosport.

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