Lo escrito no tiene sentido si no es leído. Hoy, el ciclo del concurso “Fiu y sus amigos: Especies que habitan en humedales de Chile” llegó a su término, con el anuncio de ocho ganadores en las categorías juvenil, adulta y menciones honrosas. La ceremonia de premiación se realizó en el Pabellón Cultural del Parque Estadio Nacional, donde los jurados Maisa Rojas, ministra de Medio Ambiente; Jaime Pizarro, ministro del Deporte, y Harold Mayne-Nicholls, director ejecutivo de la Corporación Santiago 2023, leyeron algunos de los textos a viva voz.
La convocatoria se hizo en agosto y recibió microcuentos que tenían como límite las 100 palabras, donde el tema debía enfocarse en la conservación del medio ambiente y las especies que viven en los humedales del país. Además de recibir unos kits con productos oficiales de los Juegos, los ganadores tendrán el placer de compartir sus creaciones con el público, ya que se hará una muestra itinerante con gigantografías alrededor del parque.
Maisa Rojas aseguró que este concurso es una “bonita manera de juntar la educación ambiental, la escritura y las comunidades con el deporte. Todos nos hemos enamorado de Fiu en estos meses, es parte del imaginario de Chile y América, es un ave tan hermosa que habita en nuestros humedales, es un excelente embajador”.
Las gigantografías de los ocho cuentos ganadores del concurso que serán exhibidos en el Parque Estadio Nacional.
Por su parte, Jaime Pizarro dijo que la actividad literaria es "algo que nos incentiva y motiva muchísimo, estamos en plenos Juegos Parapanamericanos, viviendo una fiesta deportiva con nuestra mascota, que ha sido un hito y una parte muy relevante”.
En tanto, Harold Mayne-Nicholls mencionó que le producía “un tremendo gusto ver cómo el deporte y la cultura pueden caminar juntos, a través de este concurso llegaron muchísimos cuentos, de gran calidad, la reacción y la cantidad de gente que ha tenido es espectacular”.
Harold Mayne-Nicholls (izquierda) leyendo en voz alta el microcuento “Los colores del cielo”, una de las dos menciones honrosas.
A continuación, emociónate con tres de los ocho textos que se ganaron el corazón de Chile y América a través de Fiu, la mascota de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos, que bailaba sin cesar al enterarse que habían escrito en su honor.
Primer lugar categoría juvenil: “Tordo”
Autora: Constanza Campos, 16 años, Maipú.
El tordo, con su plumaje moteado, despertó en la penumbra del bosque. Sus alas desplegadas atraparon los primeros rayos del amanecer y su canto llenó el aire fresco. Era un narrador silencioso de historias antiguas, sus trinos relataban la danza de las estaciones. Durante el día, buscaba tesoros escondidos bajo hojas y entre las ramas, compartiendo secretos con la naturaleza. Al caer la tarde, su canción se suavizaba, tejiendo sueños en los corazones de los que lo escuchaban. El tordo, un poeta sin palabras, recordaba a todos que la belleza se encuentra en los detalles más simples de la vida.
Primer lugar categoría adulta: “Desafío emplumado”
Autora: Catalina Ignacia Zamora, 19 años, Colina.
Como todas las mañanas antes de salir a volar, Fiu, de tan solo 11 centímetros, se aseguraba de que el viento estuviera a su favor. Frente a la mirada atónita de las demás aves expectantes, inflaba su pecho y emitía orgulloso su canto. Salto, salto, vuelo y atrapo, eran sus pasos para conseguir su comida en el humedal. Atrapaba moscas, bayas o semillas, otras veces tenía que seguir intentando. Concretado su acto, descansó meciéndose en un junco. Los jueces, Coipo y Garza Cuca, deliberaron. Finalmente, la Tagua comenzó a cantar: “¡Medalla de oro para el sietecolores!”.
Mención honrosa: “Los colores del cielo”.
Autora: María Luisa Gumucio, Santiago.
Rosita viene de la misa de difuntos. Va tomada de la mano de su madre, aunque preferiría ir en upita. La niña camina muy lento y mira al suelo. Entonces, ve una pequeña ave de corto pico delgado y opaco color gris. Se mueve sin cesar entre los juncos de la laguna.
-Pajarito -le dice tristísima-. ¿Podrías ir al cielo y llevarle un beso a mi papá?
La avecita se compadece y vuela, vuela, vuela, tan alto, que atraviesa un arcoiris. Al volver, viene teñida para siempre con todos los colores del cielo. La niña la ve y sonríe, consolada.
Nota escrita por: Vicente Vásquez Feres.
Fotos: Sergio Maureira / Santiago 2023.
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