El día está frío, la lluvia cesa un rato pero es impredecible. Se acercan las seis y media de la tarde, el ambiente se prende con el rugir de 40 mil personas que gozan del atletismo en el coliseo central del Parque Estadio Nacional. Tan sólo unos metros más al oriente, deportistas de varias delegaciones se recuperan en la zona de masajes. En una de esas carpas blancas, Jaqueline Weber (28) se termina de abrigar. La humedad, las nubes y la temperatura le recuerdan a su segundo hogar en invierno, a pesar de que estamos en noviembre.
Santa María, ciudad donde estudia, queda en el centro del estado más meridional de Brasil, Río Grande del Sur. Está cerca de Argentina, Uruguay y a 290 kilómetros de Porto Alegre; es decir, unas cuatro horas y media en bus. No cumple con los clásicos estereotipos de las ciudades costeras del país: playa, sol abrasante y calor todo el año. Al contrario, tiene sus cuatro estaciones marcadas. Incluso nieva.
Jaqueline ya había competido otras veces en Chile. Por ejemplo, en el histórico campeonato “Orlando Guaita”, donde conoció tanto el coliseo central como la Pista Atlética Mario Recordón. Santiago 2023 es su primera competencia en el evento multideportivo más grande del continente. Le gusta pisar este territorio y recuerda bien cómo eran los centros deportivos: “La remodelación de los estadios quedó muy linda, tiene una atmósfera realmente panamericana y casi a nivel olímpico. Llegar a una edición de los Juegos Panamericanos siempre fue un sueño de vida, un gran objetivo como atleta. Estoy muy feliz y quería felicitar a Chile por esta estructura específica de atletismo, quedó fantástica”, menciona.
La nacida en Teutônia empezó en el atletismo cuando tenía diez años. Al principio, “mucha broma”, reconoce. Desde los 15 empezó su desarrollo más profesional, donde hacía pruebas de obstáculos y 1.500 metros planos. Hoy, su especialidad son los 800. Además de su faceta de deportista, incursiona en el mundo académico. Estudia una maestría en Gerontología en la Universidad Federal de Santa María (UFSM) e investiga el envejecimiento humano, pero enfocado en el mundo del alto rendimiento. Jaqueline, cuya inspiración es su entrenador y novio, Fabiano Peçanha, dice que en las grandes instancias deportivas, cuentan con mucho apoyo y recursos.
Jaqueline Weber (a la derecha, liderando el grupo) competirá por primera vez en los Juegos Panamericanos (Foto: Folha Popular).
¿Qué pasa después? “Cuando el atleta hace la fase de transición de su carrera pasa por dificultades muy grandes: psicológicas, financieras, familiares… Mi idea es justamente entender cómo están los atletas olímpicos brasileños que ya cerraron su carrera, cómo están viviendo, cuáles fueron los mayores desafíos que tuvieron”, explica. Su anhelo, según ella, es “mapear esos datos y ayudar a la propia Confederación Brasileña de Atletismo a tener un programa de transición de carrera. Hoy el Comité Olímpico Brasileño tiene uno, pero quiero traer esa realidad a mi deporte y también llevarlo a las universidades públicas”.
Al hablar de las miras a futuro, recuerda lo importante que fue para su ciudad la instalación de una pista sintética en la UFSM. “Es obvio que la estructura es excelente para nosotros, que necesitamos de eso para competir. Pero las personas deben tener un lugar digno, que sea bueno para practicar deportes, para entender que la calidad de vida también está relacionada con una estructura de primer mundo, de nivel europeo. Allá prácticamente no existe una pista de tierra. Nuestra realidad en Sudamérica es otra. Por eso, con la edición de los Juegos, se beneficia a toda una comunidad y eso no tiene precio”, analiza.
“Con seguridad se va a traer al deporte una generación más nueva que si no se convierten en atletas de alto rendimiento, serán personas más saludables y por qué no, involucradas con otros medios académicos de estudios deportivos. Muchas veces esos mundos no conversan entre ellos”, añade.
Por último, sobre su competencia de mañana, dice que es natural sentirse ansiosa pero advierte: “Eso nos debe traer al frente, no empujar hacia atrás ni hacernos más pequeños. Me gusta esa sensación de ansiedad, es lo que a la gente hace realmente querer algo. Fabiano -que fue a dos Juegos Olímpicos y ganó medallas panamericanas en medio fondo- siempre dice que cuando ese frío de la barriga termina, es porque estás en el final de tu carrera. Ahora ese frío está muy latente en mí. Quiero estar en la final de 800 metros de los Juegos, si se da una medalla será consecuencia de mi trabajo, pero lo principal es representar a Brasil y llegar a París 2024”.
Escrito y foto principal por: Vicente Vásquez Feres.
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