Jordan tenía penas 20 años, era estudiante y ya había sido elegido el mejor basquetbolista universitario de la temporada. El equipo norteamericano para los Panamericanos de Caracas 83 contaba además con jugadores como Sam Perkins, Chris Mullin y Mark Price que llegarían a ser también grandes figuras de la NBA.
Muy consciente de sus condiciones extraordinarias y poseedor además del sentido del espectáculo, Michael Jordan se dedicó no sólo a anotar, saltar y brillar en cada partido. Jugaba también con el público, ofrecía entretención y emoción. Se corrió la voz en la ciudad de la magia que tenía este jugador de 1.98 metros, y el Poliedro de Caracas se repletó cada noche.
El equipo de Estados Unidos ganó los 8 partidos y Jordan se colgó la medalla de oro Panamericana en la final donde se impusieron ante Brasil. Nunca más volvió a jugar un Panamericano, ya que, al año siguiente, en 1984, firmaría por los Chicago Bulls, pasando al profesionalismo. Con los Bulls ganaría 6 campeonatos de la NBA y 10 títulos de máximo anotador.
“Air” Jordan ganó también el oro en los juegos Olímpicos de Los Ángeles 84´ y Barcelona 92´, cuando los jugadores profesionales fueron admitidos en competencias amateur. El Dream Team arrasó y marcó otro hito en la historia del olimpismo moderno.
50 portadas de la Revista Sport Illustrated, deportista del año en 1991 y el mejor del siglo XX según ESPN, Michael Jordan aún recuerda cuando tomó el recién estrenado metro de Caracas, ya con el oro panamericano en el bolsillo y se lanzó a conocer la ciudad que vio nacer durante un Panamericano a una de las leyendas del deporte mundial.