Su voz denota la misma sonrisa y felicidad de anoche, cuando todo Chile se emocionó con su logro. Tras días de espera, la escurridiza sexta medalla de oro llegó a través de Lucas Nervi (22), gracias a su lanzamiento del disco que alcanzó los 63,39 metros. Estaba contracturado y muy desgastado físicamente, pero igual superó a los grandes favoritos. Cuando tuvo su sexta oportunidad de mejorar la marca, ya sabía que sería el campeón panamericano.
“Fue muy bonito, parecido a la situación de los Juegos Panamericanos Junior en Cali. Creo que fue el cierre de un ciclo: la preparación para llegar a mi carrera adulta. De hecho, es importante enfatizar que todavía soy cabro chico y que en todo momento lo veo como un peldaño y no como un techo”, dice. Mientras ríe, recuerda la secuencia que hizo saltar al país: “Fue el mejor lanzamiento, que no pude aguantarlo y no fue válido, pero era mi mejor marca. Después, salgo corriendo del foso, salto feliz con mi entrenador y me paso la reja. Cuando me bajo, el juez me saca la tarjeta amarilla y lo abrazo. También a todos los deportistas que están. Fue increíble, todo fue emoción”.
A pesar de que entra solo a competir, Nervi tiene muy presente a quienes lo han acompañado en el proceso. “Es algo para lo que llevo trabajando mucho tiempo y hay mucha gente detrás. Es bacán. Yo soy el que está dando la cara en el foso, pero siempre digo que es un equipo. Entonces, feliz compartirlo con toda la gente”, agrega.
Lucas Nervi (22) feliz con su medalla de oro (Foto: Photosport).
También tiene palabras para su madre, Jimena Schmidt, a quien define como “una compañera increíble”. Su familia, según explica, “está apoyándome día a día y es súper bacán”. Reconoce que cuando era pequeño “me obligaban a hacer dos cosas: el deporte y la música. Estoy muy agradecido de eso. Aquí estoy en la Villa con mi guitarra, estudio jazz hace un par de años y ha sido increíble. De hecho, cuando estoy en la competencia muchas veces hago ejercicios de música para concentrarme y aplicar la tranquilidad de cabeza. El mundo de la música y el jazz es súper exigente a nivel de dedicación, lo admiro mucho. Eso me ha cambiado el switch de la disciplina”.
En la redes se viralizó un registro de Lucas yéndose a la casa en metro con su “marea blanca”, que lo alentaron con poleras dedicadas en su honor. Celebró de forma tranquila y su papá fue a dejarlo a la Villa en Cerrillos. “Eso fue lo más lindo, salir del Estadio. Me da risa porque no hablé mucho cuando estaba en mi casa. Obviamente, conté cómo lo sentí y todo, estábamos todos muy emocionados, pero fue mucho más de escuchar, ver cómo todos me han visto salir adelante. Me han visto sacarme la cresta por esto”, menciona.
La "marea blanca" que apoyó a Lucas Nervi en su histórico lanzamiento del disco que lo consagró campeón panamericano (Foto: Photosport).
Aquellas personas que estaban en las gradas del coliseo y compartieron con él tras su triunfo, fueron quienes lo vieron irse antes de los asados, cambiar fechas de veraneos por sus competencias, hacer viajes largos en fugaces fines de semana. A diferencia de Cali, donde tenía muy cerca a su madre y el núcleo familiar, ahora estaban más lejos y se demoró un par de horas en abrazarlos. En todo caso, la receta fue similar: saltar la reja y abrazar a su entrenador.
Lucas no sabía que irían uniformados. “Parte también de mi pega como deportista es estar calmado y enfocado en la competencia hasta que termine. Sé que me fui con el mejor resultado. Entonces igual me tenía que guardar esa emoción. Otra sorpresa fue que mi mánager estaba en Estados Unidos y viajó”, asegura.
Escrito por: Vicente Vásquez Feres.
Foto principal: Photosport.
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