La mañana está fría, la tónica de estos Juegos. Anoche llovió un poco en Santiago. Un total de 35 mujeres salen de forma rauda desde la Plaza de la Aviación a la gloria. Es el gran fondo del ciclismo de ruta, siete vueltas a la ciudad que suman 122,5 kilómetros, incluido el Cerro San Cristóbal.
Miles de personas salen a la calle a verlas pasar como un rayo fulminante. Unos eligen estratégicamente su punto de observación en el camino, otros aguardan pacientemente en la partida, que al mismo tiempo es la meta.
En el primer rincón más cercano a las ciclistas, está Alex Navarro (49), entrenador de Karla Vallejos, una de las cuatro deportistas que representan al Team Chile en la jornada e integrante del Club Deportivo Social y Cultural "Team Ruteros". Tanto ella como él provienen de La Unión, ciudad ubicada 900 kilómetros más al sur de la capital. "Ella es nuestro emblema en este hermoso campeonato", dice.
Está junto a su hija, Ghislaine Navarro, quien es jueza de ciclismo. "Estar en un evento como este y ver la disciplina que tanto uno ama… Cuesta mucho mantenerse al margen, seguimos la pista desde lejos por temas laborales y costos, esta era la oportunidad de ver a nuestra deportista y haciéndole aguante. Había que hacer los sacrificios necesarios", agrega.
Viajaron ayer en avión desde el sur, donde había "una tremenda tormenta", según cuenta. Hoy madrugaron y a las seis en punto estaban tomando desayuno en la casa de su cuñado, la cual "alborotaron completa". Se trasladaron desde la comuna de Pudahuel y llegaron al punto de inicio a las ocho de la mañana, una hora antes de la partida.
Familia de Karla Vallejos alentando en el ciclismo de ruta. (Foto: Vicente Vásquez/ Santiago 2023)
En ese momento, Mónica Puchi (54), mamá de Karla, ya estaba ahí esperando. Recuerda que su hija empezó a andar en bicicleta con rueditas a los tres años. "Siempre su juguete fue la bicicleta. Nunca otro. Así se fue renovando después, como fue creciendo. Una bicicleta más grandecita, después otra más grandecita. Hasta que comenzó, a los 12 años, con una bicicleta de mountain bike y comenzó a ganar", relata. Tiempo después, se cambió al ciclismo de ruta.
Mónica destaca que su hija como deportista es "muy perseverante, ordenada y disciplinada". A propósito de eso, comenta: "Había muchos niños en La Unión que hacían mountain bike, pero se fueron retirando y Karlita fue creciendo. De su edad, es la única que sigue".
La carrera empezó hace poco. Ella fija su mirada en la meta y asegura: "Me siento orgullosa de mi hija. Ella está lejos de nuestro hogar, salió de los 17 años y se vino a vivir a Santiago, en ese momento al Centro de Alto Rendimiento. Con mi marido estamos acostumbrados a verla siempre en la ruta, pero estas competencias son muy motivadoras para nosotros, que venimos desde lejos a apoyarla. Esto se vive una vez en la vida".
De antemano, avisa: "Sea lo que sea, igual vamos a celebrar".
Escrito y fotos por: Vicente Vásquez Feres.
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