En general, está dormido. De vez en cuando, es tanto el ruido que genera el público amante del judo, que no puede hacer otra cosa que despertar. A sus seis meses de nacer, el pequeño Harold ya está presente en los gimnasios junto a su madre, Elizabeth Freites (34), venezolana de nacimiento y residente en Chile hace siete años. Oriunda de Caracas, practica el deporte desde que era niña.
“Hace 14 años fui competidora por el Distrito Capital, el sensei de la selección olímpica fue uno de mis entrenadores en la Universidad Central (UCV) y el sensei de la selección paralímpica es otro de mis entrenadores de toda la vida. Es una familia judoca con un corazón muy grande”, comenta. Actualmente, Elizabeth sigue entrenando y lo hace en el club de judo de la sensei y ex seleccionada Judith Jaque, quien dos asientos más a su derecha observa a su hija compitiendo en el tatami por la categoría 52 kilos, Judith González Jaque.
A su izquierda está Delmaro Quintero (58), también judoca y alumno de la sensei Judith. Además de espectador, es voluntario en los Juegos Panamericanos. “Es una oportunidad de retribuir a Chile la acogida que nos ha dado. Estoy asignado al béisbol en Cerrillos, hoy era día libre así que vine a ver tanto la selección chilena como la selección venezolana”, explica.
Los tres judocas venezolanos radicados en Chile alentaron desde las gradas en el triunfo de Lucas Fernández sobre Bryan Garboa (Foto: Photosport).
Entre Elizabeth y Judith está Manuel Campos (58), que al igual que su compatriota, lleva siete años radicado en el país. Practica judo desde los diez. “Este es un hermoso país, estoy agradecido porque nos ha tendido la mano a todos nosotros, le mando un fuerte abrazo a todos los chilenos”, agrega.
Esta comitiva judoca trajo tres banderas para alentar a los jóvenes que salen a competir al Centro de Deportes de Contacto: una de Chile, una de Venezuela y otra que las une como abrazo fraternal. Elizabeth recuerda el cariño que ha recibido en su lugar de entrenamiento, el Club Atari, ubicado en el Barrio Italia: “Me dieron una recibida grandiosa, ellos son muy amigos míos, incluso fueron al baby shower de mi bebé. Mi corazón siempre está entre mis dos naciones: Venezuela porque nací y me dio todo al principio, pero Chile por la acogida y ya es mi segundo país. Mi hijo es chileno, yo soy venezolana y de aquí en adelante el apoyo siempre va a ser por ambos”, explica.
Sobre la experiencia de estar viendo en directo el evento multideportivo más grande de la historia del país, Elizabeth indica: “Es una gran oportunidad de ver a los mejores judocas de toda América, muchos de ellos también a nivel mundial. Apenas salieron las entradas compré para todos los días. Hay que apoyarlos para que se sientan en casa, el judo es un deporte donde la fuerza del espíritu lo es todo. Escuchar un gritito de Venezuela o Chile… Eso nos motiva mucho, nos da mucha fuerza”, asegura.
Elizabeth, Delmaro y Manuel se suman a la grada y alientan al chileno Lucas Fernández, a quien lo ven vencer al ecuatoriano Bryan Garboa con un ippon.
Escrito y foto principal por: Vicente Vásquez Feres.
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