El teqball es un movimiento que nació en Hungría hace algunos años, pero hoy ya tiene campeonatos internacionales con representación chilena. Son “canchas” azules, ovaladas y llenas de entretención, que combinan lo mejor del fútbol y el tenis de mesa. Así lo hace notar Hernán Moreno (39), quien lo disfrutó con sus hijos Nicolás y Diego tras asistir a las competencias de gimnasia artística en el Centro de Deportes Colectivos.
"Fuimos directo a lo que teníamos que ver, para no perdernos de nada. Verlo en vivo es otra cosa, el esfuerzo de los deportistas es admirable. Ahora un poco más relajados, nos vinimos a dar la vuelta, no teníamos idea que estaba esto. Está buenísimo, no solamente es ir a ver el espectáculo, tiene otras cosas que te pueden informar, te puedes recrear y divertir. Estoy contento, es una buena instancia para compartir", explica Hernán, quien también disfrutó junto a sus hijos del vóleibol playa e irá a ver las competencias de surf.
Nicolás, de 13 años, lo respalda: "Es súper divertido todo esto, es muy bacán, las actividades que hay sobre distintos deportes y tipos de ejercicios que hay que hacer: agilidad, técnica… De hecho no habíamos venido en mucho tiempo al Estadio Nacional, ahora que vinimos a los Panamericanos, al menos yo la he pasado muy bien".
Cerca de las mesas, con su polera naranja y dominando balones, están Juan Astorga (33) y su compañero Gustavo, encargados de masificar el proyecto en Chile. Están en el Parque Estadio Nacional desde el primer fin de semana de los Juegos y en la Villa Panamericana desde que llegaron los atletas. Se les puede ubicar entre las 11 de la mañana y las 8 de la noche, aproximadamente.
Astorga comenta que "lo genial es que se activa solo, nosotros estamos acá tratando de hacer un par de trucos con el balón, mostrando el Teqball, pero la gente se emociona tanto que llega sola, esa es la magia que tiene este lugar. Algunos han estado jugando 10 minutos y otros casi una hora".
Sobre la actitud del público, el deportista agrega: "Son súper motivados, la verdad, aunque llegan con una actitud un poco tímida. Nosotros tratamos de motivarlos, que no tengan vergüenza porque al final todos aprendemos. La idea de estos stands no es la competencia, sino que jueguen, se diviertan, luchar con el sedentarismo, así vamos rompiendo el hielo con los niños, niñas, mamás, papás o abuelitos. Incluso tuve la suerte de encontrarme con una profesora del colegio".
Escrito por: Vicente Vásquez Feres.
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