El tenis chileno es el deporte que tocó el cielo del Olimpo en el pasado. El único. De la mano de Nicolás Massú y Fernando González, las medallas de oro olímpicas llegaron a Chile por primera vez en 2004, cuando ambos guerreros lo dieron todo en Atenas y se bañaron en el sagrado metal.
Casi veinte años después, pero esta vez como locales, en su propio terreno, ambos deportistas ascendieron juntos al Olimpo de nuevo, aunque de una forma distinta. La noche de este viernes 20 de octubre, los tenistas fueron los encargados de llevar el fuego panamericano directo al pebetero, acompañando a Lucy López.
Como parte de la ceremonia inaugural de los primeros Juegos Panamericanos que se realizan en Chile, “Nico” y el “Bombardero de La Reina” encandilaron a los casi 40 mil asistentes en el Coliseo del Estadio Nacional, portando la llama en conjunto, como alguna vez lo hicieron con las coronas de olivos recibidas en Grecia.
“Es espectacular poder haber llevado la antorcha en un estadio lleno, en mi país, con la gente y sentir su cariño. La verdad es que esto quedará en la historia. Siempre he dicho que para mí es un orgullo ser chileno y donde voy trato de poner la bandera lo más alto posible”, describió Massú, dueño del único oro individual de nuestra historia en el olimpismo.
Por su parte, ‘Feña’, quien es el exclusivo deportista chileno que ha coleccionado medallas de los tres colores en Juegos Olímpicos, explicó que “es una de las emociones más grandes que me ha dado el deporte. Obviamente estoy retirado, pero así y todo es muy especial para mí tener unos Juegos Panamericanos en el país”.
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