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Yo, voluntario: el testimonio en primera persona de Florencio Kuntz

El Programa de Voluntariado de Santiago 2023 ha traído un montón de historias emocionantes. Lee las inagotables páginas de un experimentado multideportista e hincha acerero que, según sus propias palabras, no quiere “ni una medalla, un diploma o un almuerzo a cambio, sólo que me den la mano y me digan: misión cumplida”.

"¡Hola! Soy Florencio Kuntz, tengo 70 años y seré voluntario en Santiago 2023. Nací en la ciudad de Concepción, en la calle Lientur, ubicada entre Freire y Maipú. Nunca me olvido porque no fue en un hospital sino que en la casa, como antiguamente se daba. Pronto cumpliré 50 años de matrimonio, tengo dos hijos, seis nietos y una bisnieta. Algo importante, soy hincha de Huachipato desde 1960.

Mi rol será acompañar al tenis de mesa y el bádminton. Ya fui a las dependencias del Centro de Entrenamiento Olímpico (CEO) y vi todos los lugares, dónde se hacen los entrenamientos y precalentamientos de los jugadores. He estado leyendo en forma personal para instruirme en ciertos detalles que pueden hacerse dentro del evento. Por ejemplo, que es muy delicado e importante, cuando los jueces revisan las paletas en el tenis de mesa. Yo debo recibirlas dentro de un sobre sellado y se las llevo al juez que va a ver el partido. En ningún momento puedo meter las manos dentro del sobre ni tocar la paleta, porque es parte de las normas.

Viví a través de la radio y la prensa escrita el primer evento deportivo importante de Chile, que fue el Mundial de Fútbol 1962. Al término, nunca me voy a olvidar que la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) felicitó a Chile por el gran desempeño -en la organización-. Veo las noticias todos los días y cuando dijeron que necesitaban voluntarios para los Juegos Panamericanos… Como soy deportista me inscribí hace poco más de un año. 

Acepté porque me gusta dar sin recibir nada, además después de la pandemia dejé de trabajar y ahora tengo un poco más de tiempo. También me sirve para distraerme por mi edad, puedo aportar y ayudar a la juventud con mi humilde experiencia. No me interesa de qué país sean los deportistas. Quiero darles ánimo, decirles: 'Vamos arriba, que puedes ganar'. Uno sabe que se siente un poco de nervio antes. Lo único que me gustaría recibir, y me voy a emocionar con estas palabras, es que mi jefe se acercara, me diera la mano y me dijera: 'Gracias, don Florencio, misión cumplida'. Nada más. No quiero una medalla, un diploma, un almuerzo, no quiero nada.


Las competencias del tenis de mesa en Santiago 2023 se disputarán en el Centro de Entrenamiento Olímpico (Foto: Santiago 2023).

Estuve 30 años en la Armada de Chile y después trabajé en muchas cosas: la construcción, una empresa de juguetes, en el Hipódromo Chile dando los pesos físicos de los caballos en la Radio Carrera y la Radio Metropolitana, fui informador de cancha en los partidos de fútbol… le tiraba los cables a las personas en los estadios, cuando las personas estaban detrás de los arcos y estaban con micrófonos para verlas jugar. También fui conserje de un edificio hasta que llegó la pandemia, mi señora es de alto riesgo y por lo tanto lo dejé.

Mis papás fallecieron cuando era muy joven, entonces me crié con mi madrina. Su hijo estudiaba en la Universidad de Concepción donde se hacía mucho deporte. Ahí practiqué varios deportes: fui seleccionado como gimnasta en barras paralelas y en vóleibol a pesar de mi baja estatura. Me enseñaron a ser receptor, tenía esa habilidad. También jugué fútbol a nivel amateur hasta los 58 años en la “Cuarta Zona” de Santiago, donde fui goleador tres veces. Tenía condiciones para jugar al arco, todos se extrañaban porque mido un metro sesenta y seis. Aparte de eso era puntero, pateaba igual de bien con los dos pies y tenía velocidad corta. No practiqué atletismo, pero corría y no me pillaban. Alguna vez hice un récord de diez goles en Renca.

Mi máximo ídolo del fútbol chileno es don Elías Figueroa. Jugó en Brasil, le pidieron que se nacionalizara, le dejaron un cheque encima de la mesa para que firmara y no lo aceptó. En las barras paralelas y el suelo, Tomás González, un excelente deportista. Marcelo Ríos nos llevó a ser el número uno del mundo en tenis, fue un genio en la cancha. No puedo olvidar a Massú y González. Admiro a la nadadora Kristel Köbrich, la vi entrenando en una piscina de Valparaíso. Al “Tiburón” Contreras, llegaba a las dos de la mañana.

Uno de mis nietos tiene 13 años y practica taekwondo. Si pudiera, lo llevaría a las competencias para incentivar que llegue ahí. Le diría: 'Víctor, vamos a ver a los brasileños, a los argentinos, a los bolivianos, a los norteamericanos, para que veas dónde puedes llegar'. Cuando él tenga 22 años y yo no esté en este mundo, me gustaría que diga: 'Mi abuelo me trajo aquí'".

Redactado por: Vicente Vásquez Feres.

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