El próximo jueves 2 de noviembre, Viña del Mar vivirá una triple revolución que traerá consigo mucho nado, mucho trote y piñones de bicicleta girando y girando. La llegada del triatlón a la ‘Ciudad Jardín’ pondrá a prueba a los mejores exponentes del continente en un duro recorrido dentro y fuera del mar.
Catalina Salazar (26) está mentalizada en ese día. Lleva todo el año preparándose para ello. Tras haber finalizado sus estudios el 2022, los últimos meses han sido de dura preparación para poder entregar su mejor versión en su país, frente al público local.
La triatleta espera que la gente se congregue en masa en las calles viñamarinas. “Al ser en un lugar público, no hay que comprar entradas, así que no hay excusas para no ir. Queda cerca de Santiago, a menos de hora y media, en una época con buen clima en la que no habrá ni tanto frío ni tanto calor. Es la oportunidad que tienen quienes gusten del triatlón de ver a deportistas que, quizás, nunca más puedan ver”, explicó.
En noviembre del año pasado, Viña del mar albergó dos competencias de triatlón de categoría mundial: una fecha de la Copa Mundial y la Copa Panamericana, ambas utilizadas como test event emulando el circuito que tendrá este deporte durante Santiago 2023.
En el certámen panamericano, ‘Cata’ tuvo un destacado desempeño, rematando en el octavo lugar. La recientemente egresada kinesióloga afirmó sobre esta experiencia que “destaco el poder haber competido ahí el año pasado. La bicicleta es plana, pero tendrá una subida bien dura en el sector del reloj. El trote también será plano”.
Siguiendo esa línea, la joven deportista recordó el aliento que recibieron los representantes nacionales de parte del público local, proyectando que “espero que en estos Juegos haya el doble de gente apoyando. Esa competencia tuvo mucho público y se notó el apoyo a los chilenos”.
Junto a su hermana Macarena en los Juegos Suramericanos de Playa Santa Marta 2023. (Foto: Comunicaciones COCh).
EL DEPORTE COMO ESTILO DE VIDA FAMILIAR
El éxito y el desarrollo de Catalina en el alto rendimiento no ha sido azaroso. Tampoco forzado, cuenta ella, pero sí bien estimulado de parte de sus padres. Es que el clan Salazar Ezquerra vive y transpira en función del deporte.
Su padre Francisco ha completado más de 40 maratones a lo largo de una carrera que comprende tres décadas, mientras que sus hermanos Juan Pablo y Macarena son también destacados triatlonistas. Deporte y alto rendimiento por donde se le mire.
“Lo bueno de tener una familia ligada al deporte es que te entienden, te apoyan y saben en lo que estás. Saben cuando estás cansada y tratan de ayudarme, de apoyarme y de facilitarme un poco el día a día. Hay madrugadas en que cuesta levantarse temprano, pero veo a mis hermanos despiertos a la misma hora o a mi papá que ya salió a trotar media hora antes y dejó las luces encendidas en la casa”, narró.
Siguió profundizando en su experiencia familiar, señalando que “todo eso es una motivación para no sentirse sola contra el deporte. Uno siente el apoyo familiar en esas situaciones. Le doy gracias a mis papás que fueron quienes me estimularon con el deporte cuando chica. Nunca me obligaron, pero sí nos llevaban a entrenar”.
Así fue como recordó sus inicios en el triatlón. “De repente, a mi hermano mayor le quedó gustando, luego seguimos nosotras con Macarena y llegué al alto rendimiento, pero siempre por decisión propia, con el apoyo de mis papás”.
Este será el circuito del triatlón por las aguas y calles de Viña del Mar. (Foto: Santiago 2023).
LA RECTA FINAL DE CARA A SANTIAGO 2023
No ha estado exenta de problemas su preparación para los Juegos Panamericanos. En septiembre pasado, durante una competencia, Catalina sufrió una caída en bicicleta que la dejó algo golpeada, habiendo regresado recientemente de un par de intensos meses de preparación en España.
“Los días se acercan. Uno como deportista piensa ‘ojalá quedara más tiempo para entrenar’. Después del 18 de septiembre, con mi entrenadora empezamos el ciclo final. En España hicimos harto fondo y volumen, pero ahora estamos haciendo entrenamientos más cortos e intensos para conseguir más velocidad”, proyectó.
Para conseguir mantenerse al tope de su rendimiento, ‘Cata’ lleva un estilo de vida atípico si se compara con el grueso de la población. Hablar del triatlón es hablar de varios deportes en uno solo, cada uno con sus particularidades, sus requerimientos físicos y un largo tiempo de preparación para conseguir la excelencia.
Eso lo graficó la deportista de la siguiente manera: “Son tres deportes, pero sin dejar de lado la preparación física. Me tomé este año para poder entrenar a full. Me despierto a las 5.20 de la mañana, para nadar a las 7.00 todos los días. Luego de eso, pedaleo o corro, según el día”.
Continuó narrando su rutina diaria, detallando que “en la tarde hago la doble jornada con bici o trote, más una preparación física. Entreno de lunes a domingo actualmente. Ya no hay descanso porque estamos en los últimos días, arreglando los últimos detalles. Hay que meterle lo que queda”.
Para terminar, la deportista visualizó cuál es su escenario ideal en aguas y tierras viñamarinas, arguyendo que “en mi caso el nivel de competencia será súper alto. Será difícil pelear una medalla o entrar en el top 10, pero hacer una buena natación me deja satisfecha, para poder pedalear junto al grupo principal, aguantar ahí en la bicicleta y salir a correr lo más fuerte que pueda”.
“Claramente el resultado también me importa, ya que no es lo mismo quedar en el puesto 20 que en el 40, pero más que nada quiero nadar y pedalear junto al grupo principal para luego correr fuerte. Nadar en el mar es súper distinto a hacerlo en piscina o lago”, cerró.
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