Seis de la mañana del jueves 28 de septiembre. El Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benitez tiene movimiento. Se ven caras conocidas. Una de ellas es la de Jaime Pizarro, ministro del Deporte. Lo acompaña Harold Mayne-Nicholls, director ejecutivo de Santiago 2023.
También está el presidente del Comité Olímpico de Chile, Miguel Ángel Mujica. La comitiva incluye a personeros de las tres organizaciones, y es liderada por Neven Ilic, presidente de Panam Sports.
Este importante grupo se moviliza en bloque a las puertas internacionales del terminal aéreo, cada uno con sus vestimentas, pero con la misma idea en mente: llegar a México para iniciar el hermoso camino del fuego panamericano, el que horas más tarde estará siendo encendido en medio de las pirámides de Teotihuacán.
Más de 6.600 kilómetros separan a la capital chilena con las ruinas mexicanas, sin embargo, el ímpetu por dar el vamos a los Juegos Panamericanos hizo que este viaje fuera un mero trámite. Tras diez horas de vuelo, la delegación pisó suelo norteamericano. El simbólico hito está cada vez más cerca.
A pesar del jet lag que algunos tuvieron que sufrir por ‘regresar’ tres horas en el tiempo, más de uno se da el tiempo para llevar a cabo sus acciones con cierta normalidad. Mayne-Nicholls, por ejemplo, conversa sin problemas con el equipo de comunicaciones de Santiago 2023, representado por la periodista Paulina Reyes y el realizador audiovisual Rafael Labraña.
Otras figuras empiezan a aparecer en escena. Se trata del gimnasta Tomás González y de la bogadora Melita Abraham, representantes nacionales para la ceremonia. Junto a ellos, una estrella mundial: Alejandra Orozco, clavadista mexicana, doble medallista olímpica (plata en Londres 2012 y bronce en Tokio 2020), quien es también embajadora de Panam Sports. El lobby del hotel cambió de golpe.
La ceremonia estuvo cargada de simbolismos aztecas. (Foto: COPAME).
TESTIGOS DE UN RITUAL ÚNICO
Temprano en la mañana del viernes 29 de septiembre, la delegación que partió en búsqueda del fuego sagrado comienza a moverse de nuevo. Como cualquier huésped, aprovechan de desayunar en el hotel para lo que será una jornada tan brillante como agotadora.
Su alojamiento y Teotihuacán están separados por 150 kilómetros, lo que significa un importante viaje en automóvil. Un par de horas después ya están instalados a los pies de los colosos de piedra construidos hace milenios, espacio escogido para encender la llama de la pasión deportiva que representa a todo un continente.
La ceremonia da inicio a las 11.00 de la mañana, hora local. Se entregan palabras protocolares. Se menciona a todas las autoridades, nacionales e internacionales, gubernamentales y deportivas. El sol empieza a pegar más fuerte, al tiempo que poco a poco los personajes entran en acción.
Las banderas de los 41 países participantes de los Juegos estuvieron en el acto. (Foto: COPAME).
Rememorando los antiguos rituales aztecas, un centenar de actores y bailarines forman filas, arman figuras y circulan en torno a las históricas construcciones. Pasado un buen rato entre el fin del protocolo y el inicio del simbolismo, a eso de las 12.30 el fuego aparece.
La temperatura ya no puede subir más. En manos de las autoridades y deportistas presentes, la antorcha está ardiendo y empezó a representar los deseos, sueños y expectativas de miles de atletas de Norte, Centro y Sudamérica, a tan sólo 21 días del inicio de los XIX Juegos Panamericanos de Santiago 2023.
El primero de los 500 relevistas que tendrán el honor de portar el ‘fuego nuevo’ empieza su recorrido, el que sigue por varios minutos, siempre acompañado por un buen contingente deportivo y de seguridad. La gente presente se agolpa para ver correr al protagonista de esta historia, el que viste ropajes típicos. La imagen del momento es sólo un adelanto de lo que se vivirá en cada una de las ciudades de Chile durante las próximas tres semanas.
El rito finaliza. El silencio vuelve a envolver las ruinas de Teotihuacán. La delegación chilena emprende rumbo a su hotel de residencia. Solo un par de horas de descanso y alimentación los espera, antes de emprender el vuelo rumbo a su país de origen. Junto a ellos, un invitado especial: el fuego panamericano ya empezó su ruta.
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