Hace poco más de dos semanas, la selección chilena femenina adulta de vóleibol piso finalizó su participación en el Suramericano alcanzando el cuarto lugar. Luego del último enfrentamiento, victoria por 3-2 contra su similar de Perú, la capitana de la selección, Beatriz Novoa, no podía ocultar la felicidad por el logro obtenido.
A menos de 50 días del inicio de los juegos Panamericanos, "Bea", como le llaman sus amigos, cree que la selección puede superar dicho logro: “queremos estar en el podio”, aseguró.
La competencia consta de Brasil, finalista en el último mundial de la disciplina disputado en Polonia durante en 2022; Estados Unidos, último campeón olímpico, y otras selecciones de tradición en la disciplina como Argentina y República Dominicana.
En conocimiento de lo anterior, la selección chilena realizó una gira por el país contra Nueva Zelanda, para prepararse de la mejor manera para Santiago 2023. En dicha instancia, Novoa pudo sentir un adelanto de lo que será la sensación de jugar de local: “Jugamos en diferentes ciudades de norte a sur y nos sumó mucho la gente. Estar ahí con ellos te motiva a hacer las cosas bien, a crecer y dar todo de ti”, sostuvo.
Beatriz, pese a su juventud, es una de las pioneras en salir a jugar al exterior de forma profesional. A los 17 años fue a jugar a la liga de Argentina, luego tuvo pasos por el reconocido circuito peruano, el Barcelona de España y hoy es el flamante refuerzo del CV Hidramar Gran Canaria, también del país ibérico.
Esta experiencia la hace acreedora del título de capitana a la corta edad de 22 años, pero bien sabe que le queda mucho por aprender y que dicho reconocimiento conlleva una gran responsabilidad: “Aún tengo que mejorar mucho en lo mental, tolerar más la frustración. Estoy en un punto donde estoy creciendo y madurando deportivamente. Me queda demasiado por recorrer, siento que los Juegos me van a ayudar mucho a nivel de selección, de equipo, de líder, y también para el futuro de mi carrera”, confesó.
Beatriz Novoa jugando por la selección chilena de vóley piso (Foto y portada: Benjamín Villela)
EL DESAFÍO DE SER LOCALES
Al emigrar tan temprano al extranjero, Beatriz no tuvo muchas oportunidades de jugar profesionalmente en Chile, por lo que hacerlo representando precisamente a su selección y en el evento multideportivo más importante del continente es una oportunidad única.
Ella y toda la selección están conscientes de la magnitud de Santiago 2023, por lo que ya quieren que se dé inicio a las competencias: “Es una instancia que nosotros tomamos como algo muy importante, lo hemos esperado por más de dos años. Tenemos mucha ilusión y muchas ganas”, reveló.
En su posición de ser una de las líderes del equipo, Beatriz cree que el jugar de local será un factor a su favor: “Para el equipo es algo muy positivo, nosotras nunca hemos jugado acá en Chile, nunca estamos con nuestras familias o con una barra para nosotras”, analizó. En lo personal, para la capitana es una motivación muy especial: “Yo no juego en Chile, ni siquiera en algún club chiquito, siempre he tenido el deseo de que me vea mi familia en vivo. Entonces, ¡qué ganas de que vean un partido oficial, más aún de la selección y que estén conmigo!, para mí es algo hermoso”, continuó
Pese a que su meta es colgarse una presea, la selección quiere, en primer lugar, demostrar un buen juego en la cancha y mostrarle a su público que están jugando por ellos: “Al final lo que queremos es que la gente se identifique con nosotras, que seamos un equipo guerrero que va con todo, ya después si ganamos o perdemos es otra cosa”, manifestó.
EL LEGADO DE SANTIAGO 2023
Participar en una instancia como lo son los Juegos Panamericanos representa un momento de introspección para Beatriz, quien recuerda sus inicios y cómo era la escena del vóleibol femenino en ese momento y cómo ha avanzado desde entonces: “Hace cinco años, yo fui de las primeras que salió a jugar al extranjero, no habían referentes femeninos del vóley chileno. Ahora somos siete u ocho que estamos jugando afuera, demostrando que sí se puede jugar profesionalmente. Ahora para las niñas más chicas es diferente, tienen otra visión. Eso es un cambio muy positivo", analizó.
Pese a que se ha avanzado, para la voleibolista de 22 años, estos Juegos Panamericanos y Parapanamericanos pueden ser un punto de inflexión, no solo en el vóley, sino que en todo el deporte chileno: “Desde el año pasado hasta ahora todo el mundo nos anda preguntando sobre los Juegos y quieren saber qué otros deportes compiten. A nivel cultural va a sumar mucho, en Chile falta cultura deportiva y nos va a hacer muy bien que la gente prenda la tele y el deporte esté ahí, eso es algo súper positivo”, cerró.
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