El pasado martes 24 de mayo se conmemoró el Día Internacional del Fútbol Femenino, efeméride que nació como una idea de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (CONCACAF), para relevar el valor de la actividad y generar conciencia al respecto.

En el caso particular de nuestro país, el fútbol femenino ha vivido un período de fuerte expansión durante la última década. Sin dudas, la realización del Mundial sub-20 de la FIFA en 2008 significó un primer gran hito para lo que vendría en los años siguientes, con participaciones en Copas del Mundo adultas y Juegos Olímpicos. Sin embargo, a pesar de las buenas noticias recientes, el futuro depara grandes desafíos para quienes se dedican a esto. 

Esto y más fue abordado por Iona Rothfeld, destacada jugadora nacional de 30 años, quien actualmente funge como presidenta del directorio de la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (ANJUFF). La dirigente señaló que el deporte ha tenido un importante crecimiento, aunque aún falta mucho camino por recorrer.

- ¿Cómo ves el estatus del fútbol femenino chileno en la actualidad?
- Es innegable que hemos avanzado muchísimo en los últimos diez años. Creo que es evidente para todos que el fútbol femenino ha tenido un impulso importante. Eso lo valoramos bastante, porque hay un trabajo detrás por parte de las jugadoras, de estar impulsando nuestro deporte, de ponernos en la palestra pública, de visibilizarnos y de entregarnos la difusión que las jugadoras merecen, al igual que los jugadores hombres. Hemos logrado mejoras en condiciones laborales, en garantías de trabajo, etc. Tenemos esa esperanza de que vamos en la dirección correcta, pero falta mucho todavía. Hay que seguir viendo hacia otras latitudes donde este cambio está siendo mucho más rápido y con un trabajo más serio de por medio.

- Si nos comparamos con países vecinos, ¿tenemos un ritmo similar de crecimiento?
- Hay comparaciones en las que quedamos bien y otras en las que quedamos mal. Creo que Chile está bajo el promedio de crecimiento que ha tenido Latinoamérica, especialmente en cuanto a la visibilización del torneo y al acercamiento de las personas al fútbol femenino. Creo que demostramos hace tiempo que el fútbol femenino convoca, que el fútbol como tal no tiene género, por lo que todos y todas quienes queramos practicarlo merecemos tener disponibles las condiciones para hacerlo. En ese sentido, soñamos con jugar siempre en la primera cancha de los estadios, con partidos que sean a puertas abiertas para que las personas, las familias, puedan venir a verlos. Soñamos con que haya transmisiones por televisión de los campeonatos. Esas son cosas en las que nos caemos, pero también hay otras cosas en las que estamos bien, tales como la duración del campeonato y a tener continuidad año a año. Hay cosas buenas y cosas malas.

FÚTBOL FEMENINO Y LA LEY, UNA RELACIÓN RECIENTE

El 1 de octubre de 2022 se marcó un hito importantísimo dentro del camino recorrido por la actividad en nuestro país: se promulgó la Ley 21.436, conocida como Ley de Profesionalización del Fútbol Femenino.

Esta normativa abrió un marco temporal de tres años, espacio en el que todos los equipos de fútbol profesional femenino chilenos deberán regularizar la situación laboral de las jugadoras, obligándolos a garantizar un contrato que vincule de manera formal a las futbolistas con la institución a la que representan.

Iona Rothfeld indicó que ese fue un paso muy grande para la actividad, lo que deja a Chile como un país precursor en términos legislativos vinculados al fútbol femenino.

- En el aspecto legal, se marca un hito con la promulgación de la ley que obliga a los equipos a generar contratos profesionales a las jugadoras. ¿Ese hito llegó en el momento correcto?
- Creo que en eso somos pioneras. Una noticia como esta siempre llega en un buen momento, aunque en el fondo es triste, porque la realidad nos obligó a tener que promulgar una ley para poder entregarle dignidad laboral a las jugadoras, en un plazo de tres años. Pero, por otro lado, es súper esperanzador. Tenemos la proyección de que, de aquí a tres años, tendremos la totalidad de los planteles contratados, algo que hace un lustro no estaba en nuestros sueños. Creo que vamos avanzando. Hoy por hoy tenemos a jugadoras que han estado toda su vida defendiendo a un club y ahora tienen un contrato laboral. Tenemos la expectativa de que esto siga creciendo y poder, no solamente ser reconocidas como trabajadoras del fútbol, sino que también que nuestro ambiente nos permita dedicarnos a esto al cien por ciento.

- Tanto la selección femenina como la masculina están en un proceso de reestructuración. En el caso femenino, ¿crees que vamos por el camino correcto para que vuelva a aparecer una figura de la magnitud de Christiante Endler?
- Creo que tenemos los recursos humanos y las jugadoras con talento de sobra para tener muchas Christiane Endler, pero mientras las instituciones y los clubes no entreguen las condiciones necesarias para que estas jugadoras se desarrollen, es muy difícil. Creo que tenemos que preocuparnos de organizar un campeonato de estándar profesional, tanto en Primera como Primera B. Nos tenemos que preocupar de la salud de las jugadoras, nos tenemos que preocupar de los seguros médicos y de todos los detalles que sabemos que, en esta instancia de élite, marcan la diferencia. Hay que hacer un trabajo muchísimo más serio a corto, mediano y largo plazo si queremos competir con el resto, acercar estas brechas con otros países y soñar con tener jugadoras que sean las mejores del mundo, ya que no tengo dudas, tenemos la capacidad de tenerlas.

GANAR ESPACIOS CON EL PASO DE LOS AÑOS

La ANJUFF se formó oficialmente entre 2016 y 2017, siendo levantada por un grupo de jugadoras que trabajaron a la par con el Sindicato de Futbolistas Profesionales (SIFUP), su organización hermana en el fútbol masculino.

En ese momento, los objetivos de esta institución eran, entre otros, posicionarse en el panorama deportivo nacional y canalizar las demandas que tenían las jugadoras del campeonato, en un contexto de poca coordinación gremial entre futbolistas, admiten.

Más de un lustro después, parece ser que la actividad femenina en el fútbol tiene un espacio ganado que no va a soltar fácilmente, sino que todo lo contrario, tiene un gran margen de crecimiento y expansión por delante, con los Juegos Panamericanos Santiago 2023 como parada destacada y obligada en el camino.

- Si nos movemos a Santiago 2023, ¿crees que la participación de la selección chilena en un evento como éste, servirá como impulso para el fútbol femenino en nuestro país?
- Espero que sí. Ser parte de un megaevento como este es un impulso no sólo para el fútbol femenino, sino que para todos los deportes, ya que abre la posibilidad de acercarlos a la gente. También sirve para que las personas sepan todo lo que conlleva ser deportista y que se introduzcan en cada una de estas hermosas disciplinas y las vivencias vinculadas. Espero que se formen las mejores condiciones para acercar a las personas al fútbol femenino.

- Sabiendo que vendrán potencias importancias del continente, ¿puedes hacer una predicción sobre los resultados de Chile en los Juegos?
- Está muy difícil hacer esa predicción, porque este proceso de selección tiene nuevo cuerpo técnico, sin saber qué jugadoras van a ir ni cómo se van a adaptar al entrenador, pero no tengo dudas de que las futbolistas con la camiseta de Chile lo van a dejar todo y van a dar un bonito espectáculo para dejar en alto el nombre del país. Algunos equipos son potencias del fútbol femenino a nivel mundial y el fútbol chileno es bastante incipiente. Espero que, principalmente, se comiencen a hacer las cosas bien. Que este sea el punto de partida.

- ¿Crees que el fútbol femenino ya tiene su espacio en la primera plana de la opinión pública?
- Creo que hemos ganado un espacio que antes era 99% fútbol masculino. Es una disciplina hermosa que merece reconocimiento y análisis, ya que hay muchas personas que quisieran escuchar y saber lo que está pasando con ella en el país. Creo que en el último año ha habido un boom comunicacional. La decisión ahora es saber cómo llegamos a las condiciones que merecemos, cómo emparejamos la cancha. Ha sido muy bonito el proceso también, porque ha abierto las puertas para que niñas y mujeres tengan referentes que nosotras con mis compañeras no tuvimos, ya que nuestros referentes eran futbolistas hombres. Creo que es muy importante tener referentes del mismo género, que hayan tenido que vivir barreras similares. El objetivo es que de aquí a cinco o diez años más, no compartamos dolores y vivencias, sino que todas podamos soñar con ser futbolistas y que no se convierta en una lucha día a día.

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